jueves, 23 de octubre de 2008

Desastre natural



El término desastre hace referencia a las enormes pérdidas humanas y materiales que ocasionan en cierta medida por eventos o fenómenos en las comunidades como los terremotos, inundaciones, deslizamientos de tierra, deforestación, contaminación ambiental y otros.
Los desastres no son naturales, sino algunos de los fenómenos que los producen. Este término se diferencia en dos "fenómenos naturales" y "desastre natural". Donde la naturaleza se encuentra en un proceso permanente de movimiento y transformación, que se manifiesta de diferentes maneras, a través de fenómenos de cierta regularidad como la lluvia en algunos meses del año zonas montañosas, y de aparición extraordinaria y sorprendente, como los temblores de la tierra, las erupciones volcánicas o el desgaste natural del suelo se produce la erosión.
Otros desastres pueden ser causados por ciertas actividades humanas, que alteran la normalidad del medio ambiente. Algunos de estos tenemos: la contaminación del medio ambiente, la explotación errónea e irracional de los recursos naturales renovables como los bosques y el suelo y no renovables como los minerales, la construcción de viviendas y edificaciones en zonas de alto riesgo.
Fenómenos naturales, como la lluvia o el viento, se convierten en desastre natural cuando superan un límite de normalidad (threshold, en
inglés), medido generalmente a través de un parámetro. Éste varía dependiendo del tipo de fenómeno (escala de Richter para movimientos sísmicos, escala Saphir-Simpson para huracanes, etc.).
Los efectos de un desastre natural pueden amplificarse debido a una mala planificación de los asentamientos humanos, falta de medidas de seguridad, planes de emergencia y sistemas de alerta provocados por el hombre se torna un poco difusa.
A fin de la capacidad institucional para reducir el
riesgo colectivo de desastres, éstos pueden desencadenar otros eventos que reducirán la posibilidad de sobrevivir a éste debido a carencias en la planificación y en las medidas de seguridad. Un ejemplo clásico son los terremotos, que derrumban edificios y casas, dejando atrapadas a personas entre los escombros y rompiendo tuberías de gas que pueden incendiarse y quemar a los heridos bajo las ruinas.
La actividad humana en áreas con alta
probabilidad de desastres naturales se conoce como de alto riesgo. Zonas de alto riesgo sin instrumentación ni medidas apropiadas para responder al desastre natural o reducir sus efectos negativos se conocen como de zonas de alta vulnerabilidad.
Los principales institutos que abordan esta disciplina son el
International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA) de Austria, el ProVention Consortium, el Earth Institute de la Universidad de Columbia, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) en México, y la Universidad de Kobe en Japón, así como organismos de la ONU como el OCHA (Cooperación para Ayuda Humanitaria), el ISDR (Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres), así como oficinas especiales en el Banco Mundial, la CEPAL y el BID.
El Día Internacional para la reducción de los desastres naturales es el
8 de octubre

miércoles, 22 de octubre de 2008

El Señor de los milagros



El Señor de los Milagros








A mediados del siglo XVII, Lima, una ciudad que hoy alberga más de 7 millones de habitantes, cobijaba apenas unas 35,000 personas; cantidad que se iría incrementando progresivamente por el arribo de miles de variopintos personajes empujados por las noticias de una prosperidad fácil de alcanzar en la capital.
La mayor parte de estos inmigrantes provenían de la costa atlántica del Africa Occidental, en ese entonces ocupada por colonizadores portugueses. Estos grupos se dividían en castas como la de los Congos, Mantengas, Bozales, Cambundas, Misangas, Mozambiques, Terranovas, Carabelíes, Lúcumos, Minas y Angolas.
Estos últimos estaban reunidos en cofradías que adoraban distintas imágenes o santos de su devoción. Esos actos religiosos les recordaban su libertad y cantaban nostálgicamente en su lengua original canciones de sus antepasados; también se ocupaban de la atención a los enfermos y aseguraban a sus miembros un entierro decente mediante pequeñas cuotas de los cófrades.
Por el año de 1650, los negros angolas se agremiaron y constituyeron la cofradía en la zona de Pachacamilla, lugar que anteriormente había sido habitado por indios venidos de la zona de Pachacamác, y donde actualmente se ubican la iglesia y el monasterio de las Nazarenas y el local de la Hermandad del Señor de los Milagros. Las condiciones en las que vivían eran de una pobreza absoluta.
En la sede de la cofradía se levantaban grandes paredes de adobe; en una de éstas, ubicada en un ambiente donde se reunían los negros a diario, uno de los angola plasmó la imagen de Cristo en la cruz. La imagen fue pintada al temple y fue hecha con un profundo sentimiento de fe y devoción a la altísima representación del Redentor.
Fue un 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde, cuando un terrible y destructor terremoto estremeció Lima y Callao, tirando abajo las iglesias y sepultando mansiones, dejando tras de sí miles de muertos y damnificados. El sismo afectó la “zona de Pachacamilla” y las viviendas de los angola se precipitaron al suelo; todas las paredes del local de la cofradía se cayeron, produciéndose entonces el milagro: el débil muro de adobes donde se erguía la imagen del Cristo crucificado quedó intacto, sin ningún tipo de resquebrajamiento.
Debido a los daños ocurridos, los angola se mudaron a otro lugar dejando en el más absoluto abandono la pared con la sagrada imagen. Aunque hay otras versiones que dicen que los negros angola se habían retirado del lugar antes del sismo, lo cierto es que después de la catástrofe, casi toda la población limeña se entregó por entero a las plegarias, cánticos y rezos en las derruidas calles y plazas de la Capital, intentando pedir perdón por sus pecados y rogando que no se produzca otro fenómeno de la misma naturaleza.
Pasaron 15 años y un vecino de la parroquia de San Sebastián, Antonio León, encontró la imagen abandonada y comenzó a venerarla. Según los relatos de la época, León fue el primero que se preocupó por arreglar la ermita, sin imaginar que a partir de entonces crecería el culto y la devoción al sagrado Cristo de Pachacamilla.
Esta valoración hacia la imagen se vio fortalecida por un hecho grandioso en la vida de Antonio León pues -según cuentan- éste padecía de constantes y espantosos dolores de cabeza debido a un tumor maligno que los médicos, hasta ese momento, no habían logrado curar. Fue entonces cuando Antonio acudió a la imagen y postrándose frente a ella, imploró al Cristo crucificado que remediara su mal, deseo que le fue conferido acabando así su desesperado tormento. Nace entonces en él una más firme convicción religiosa que difundió entre todos sus conocidos lo que causó que en pocas semanas el culto creciera.
Entre los creyentes predominaba la gente de color, quienes iniciaron las reuniones los viernes en la noche, y alumbrados por las llamas de sus ceras, llevaban modestas flores, perfumando el ambiente con el sahumerio; todos al unísono entonaban fervorosas plegarias y cánticos al son de arpas, cajones y vihuelas.
Empero, dado que la gente acudía en masa a estas reuniones atraída más por la novedad que por la devoción, muchas veces se produjeron hechos de índole distinta a las prácticas religiosas y católicas, por lo que las autoridades civiles y eclesiásticas prohibieron las reuniones en la “zona de Pachacamilla” y ordenaron borrar la imagen del Santo Cristo y de los demás santos que hubieran.
Dicha orden se cumplió entre el 6 y 13 de setiembre de l671 por una comitiva especial -compuesta por el promotor fiscal del Arzobispado, un notario, un indio pintor de “brocha gorda” y el capitán de la guardia del Virrey, Don Pedro Balcázar- escoltada por dos escuadras de soldados en caso se produjesen desmanes por la cantidad de vecinos y curiosos que rodeaban el lugar.
Cuentan que al subir el pintor la escalera para borrar la imagen, empezó a sentir temblores y escalofríos, teniendo que ser atendido de inmediato para proseguir con su labor. Al reaccionar intentó nuevamente subir y borrar la imagen pero fue tanta la impresión causada que bajó raudamente y se alejó asustado del lugar sin culminar con la tarea encomendada.
Un segundo hombre, un soldado de Balcázar, de ánimo más templado, subió pero bajó rápidamente, explicando luego que cuando estuvo frente a la imagen vio que se ponía más bella y que la corona se tornaba verde; por esa razón no cumplió la orden dada.
Ante la insistencia de las autoridades por desaparecer la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó a protestar con airadas voces y actitudes amenazantes que obligaron a retirarse a la comitiva. Pronto, el Virrey se enteró de los acontecimientos y reflexionando sobre las posibles consecuencias si persistía en borrar la imagen, mandó revocar la orden y acordó que en ese lugar se le rindiera culto y veneración a la portentosa imagen.
El 14 de setiembre de 1671 se ofició la primera misa ante el crucificado de Pachacamilla, fecha que coincide con la exaltación de la Santísima Cruz. Conforme avanzaban los días los devotos aumentaban en forma considerable.Venían de lejos en piadosa plegaria y mística romería, comenzando a denominarlo “El Santo Cristo de los Milagros o de las Maravillas”.
Sin embargo la ira de Dios no se calmaba y volvió a manifestarse en octubre de 1687, cuando un maremoto arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la capilla edificada en honor de la imagen de Cristo, quedando erguida solamente la pared con la imagen dibujada del Señor crucificado.
Tan terrible designio originó que se confeccionara una copia al óleo de la imagen y que, por primera vez, saliera en andas por las calles del barrio de Pachacamilla, estableciéndose que a partir de ese momento la procesión tuviese lugar los días 18 y 19 de octubre de cada año.
El Día de la Canción Criolla




Antes de entrar al tema del día de la Canción Criolla, debemos interpretar primero el significado del término ‘criollo’, para de esa manera tener una mejor comprensión del asunto. La palabra criollo nace cargada de prejuicios. Es adoptada del portugués ‘crioulo’ que significaba ‘esclavo que nace en casa de su señor’ o ‘negro nacido en las colonias’. Después pasó a significar ‘blanco nacido en las colonias’ y posteriormente se llamaba así a los descendientes de españoles nacidos en América que alentaban sentimientos de nacionalidad propia y se extendió a los mestizos, zambos y mulatos.
Es con los criollos que nace el sentimiento de patria, pues por la lejanía les eran extrañas las cosas de España y sintieron apego por su tierra y por las costumbres desarrolladas en ella, de allí las iniciativas separatistas que culminaron con la independencia de nuestros países. En consecuencia, el ‘criollismo’ en el Perú es una derivación del término original, que involucra usos y costumbres, comida, música, cantos y bailes de origen principalmente costeño y limeño en especial.
Según Sebastián Salazar Bondy, ilustre escritor, en nuestro país el criollismo es aún más. Es también ‘viveza criolla’, una cierta mezcla de falta de escrúpulos y de cinismo, es el político que cambia de bando según le convenga, el bodeguero que engaña al pesar mercadería con su balanza, el alumno que copia, en fin, según este concepto todo el que obtiene algo que está prohibido o que utiliza argucias y a veces hasta la vía ilícita para obtener lo que quiere. Según este concepto de ‘viveza criolla’, los ‘vivos’ merecen ser perdonados por su picardía y los otros, los que proceden de acuerdo a su conciencia y a las normas, son unos tontos.
Por supuesto esto es un gran error, como lo demuestran las consecuencias de esa conducta. Más bien, el criollismo debe ser sinónimo de bonhomía fraterna, confiada entrega, ayuda sin condiciones y lealtad a toda prueba, como se expresa en ese término popular cuando llamamos ‘hermano’ a personas con las que no tenemos un vínculo familiar o parentesco, pero les brindamos nuestra amistad. Dentro de este contexto, en lo que se refiere a la música, la marinera, la polka, el festejo y por sobre todo el vals peruano, componen el cuadro definitivo de la música criolla en el Perú. Algunos dicen que el vals criollo se deriva del vals vienés y que su corte pícaro, se debe al temperamento de nuestra clase popular que lo acogió y lo trasladó de los salones que frecuentaba la alta sociedad, al callejón y a los patios de piso de tierra apisonada y desigual que obligaba a bailarlo picadito y con pasitos cortos. Otros intentan hallar las raíces del vals peruano en el mestizaje popular, como una genuina creación del pueblo que nada tiene que ver con el vals vienés, sino más bien con la conjunción de la jota aragonesa, la mazurca, la habanera y el tanguillo que son los que le dan ese sabor tan especial.
Sea de una u otra forma, la historia nos dice que es realmente a principios del siglo XX que empiezan a aparecer los pioneros de la canción criolla. Esta etapa hasta el año 1920, se denominó la ‘guardia vieja’ al conjunto de personas vinculadas a la música criolla y de ella heredamos valses muy hermosos como ‘Luis Pardo’, Ídolo’, ‘China hereje’ y ‘La palizada’, entre otros.
Mención aparte merece Doña Rosa Mercedes Ayarza de Morales, auténtica pionera de nuestra música peruana. Entre 1920 y 1940, se desarrolla una etapa de gran importancia con el aporte de Felipe Pinglo, Pedro Espinel, Alcides Carreño y otros grandes músicos y compositores, que hicieron que en esos años se difundiera y alcanzara su perfecta definición. Pinglo nos dejó un extenso y hermoso repertorio, con composiciones como El plebeyo, Mendicidad, El huerto de mi amada, Bouquet, La oración del labriego, Claro de Luna y tantas otras que han marcado nuestra identidad peruana.
Después de 1940, aparece una multitud de compositores que se elevan como los más altos representantes del cancionero criollo, motivados por la obra extraordinaria de Felipe Pinglo.
Así debemos mencionar a Laureano Martínez, Pablo Casas, Manuel Covarrubias, Nicolás Wetzel, Serafina Quinteras, Amparo Baluarte, Filomeno Ormeño, Lucho de la Cuba, Felipe Coronel Rueda, Eduardo Márquez Talledo y muchos más que contribuyeron al desarrollo de nuestra música popular.
De la década del 50 en adelante, se destacan grandes compositores como Mario Cavagnaro, Augusto Polo Campos, César Miró, Manuel Acosta Ojeda, Luis Abelardo Núñez, Juan Mosto, Félix Pasache, Pedro Pacheco y José Escajadillo. Entre las mujeres destacan Leonor García, Alicia Maguiña y principalmente Chabuca Granda, una mujer muy culta y particularmente enamorada de todo lo limeño, su tradición, paisajes y personajes. Chabuca Granda compone La Flor de la Canela, vals que en 1954 se hace popular en la interpretación del famoso trío Los Chamas.
Luego siguieron una serie de composiciones de gran calidad, que junto con su autora se internacionalizaron, llevando nuestra música hasta lejanas tierras. Este es sólo un recuento a vuelo de pájaro de nuestra música y sobre nuestro vals criollo en particular, que nos permite llegar a la creación del ‘Día de la Canción Criolla’.
Fue el Dr. Manuel Prado Ugarteche, Presidente de la República del Perú, quien el 18 de octubre de 1944 por Resolución Suprema declaró el 31 de octubre como Día de La Canción Criolla, con el objetivo de tener un día dedicado a la exaltación de ‘los aires costeños’.
Debemos destacar que esto se logró por la iniciativa de Juan Manuel Carrera, prestigioso profesional gráfico que trabajaba en el diario El Comercio y en ese entonces era presidente del centro musical Carlos A. Saco. Se escogió el 31 de octubre por ser quincena y tener un feriado al día siguiente, para poder descansar de las celebraciones de la noche y luego el 1° de noviembre día de Todos los Santos, realizar una romería de recuerdo ante la tumba de los compositores fallecidos.
E n la actualidad, nuestra música criolla y especialmente el vals, viene luchando por resurgir después de haber sido dejado de lado debido a la invasión de la música extranjera juvenil y por la falta de difusión y apoyo de las autoridades y de las instituciones pertinentes.
Felizmente que merced a iniciativas privadas, así como por el sentir popular, nuestra música criolla se mantiene viva y se constituye en parte esencial de la identidad nacional. Debemos finalmente hacer una invocación para que este ejemplo se transmita a todas las instituciones educativas, sociales y culturales y a los medios de comunicación, para llevar nuestra música peruana al sitial que se merece.
Luis Hugo Pazos Reumert

jueves, 2 de octubre de 2008

My School : Martin Esquicha Bernedo

Este colegio tiene secundaria y primari, esta hubicado en Mangomarca/Zarate/S.J.L ,

Ok , se lo que te preguntas ¿Por que se llama Martín Esquicha Bernedo?

Pues aqui te lo dire , El colegio tiene el nombre de un heroe policia al que murio sirviendo a su patria en su labor como policia.

Aqui un poco mas de Nuestra Historia:


La Institución Educativa PNP, Martín Esquicha Bernedo, se encuentra ubicada en la Mz C-1 Lote 35 de la Urb. De Vivienda Policial de Mangomarca, distrito de San Juan de Lurigancho.El Joven Martín Esquicha Bernedo, nació en el Departamento de Moquegua. Luego de culminar sus estudios, decide seguir la carrera policial, para lo cual tiene que viajar a la capital y postula a la Escuela de Guardias. Logra ingresar en Jun-75; cumpliéndose así uno de sus más preciados deseos que lo alejo de su ciudad natal. El 1º de Ene-76, egresa como Guardia Civil, con una sola consigna, con una sola misión: ”Servir honestamente a la patria y a la sociedad, aún a costa del sacrificio de sus propia vida”. El año 1977, cuando se encontraba prestando servicios en la 17º Comisaría de Pueblo Libre, es comisionado para vigilar dos vehículos que se encontraban bajo custodia en la cuadra 28 de la Av. Brasil. Cuando todo aparentaba una falsa calma, aparecieron dos avezados delincuentes armados, que lo atacaron sorpresivamente, con el objeto claro de llevarse los dos vehículos. Nuestro valeroso héroe, al ser atacado, pese a la superioridad numérica, actuó con energía y decisión, para impedir que los criminales lleven a cabo sus propósitos malévolos; empleando para ello su arma de reglamento, pero, sus enemigos lo hirieron mortalmente por la espalda, sin embargo, esto no amilanó al joven policía que, logró herir a uno de ellos. Ante esta situación, los maleantes decidieron escapar, pero sin haber logrado el objetivo. Martín Esquicha Bernedo, es auxiliado luego y conducido al Hospital Central de la Policía, ubicado a unas cuantas cuadras de la Av. Brasil. Ingresó en estado crítico a este nosocomio, donde fallece el 05 de Enero de 1978. Ofrendando su vida a la patria y a la sociedad, como fue su anhelo, a los 25 años de edad.Como justo homenaje a su acción heroica, el Comando Institucional, conocedor de que en la Urbanización Mangomarca, en la Villa Policial, se había edificado por acción conjunta de la Familia Policial, un Centro Educativo; para perennizar su nombre, dispuso con RD Nº0263-78-GC/JB, que esta I.E. lleve su nombre como C.E. “Cabo GC. Martín Esquicha Bernedo”, siendo luego ratificado por el Ministerio de Educación, con la RD Nº 5 N20002244-ED.



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